ARTICULO MES DE DICIEMBRE 2010

 Gentileza INSTITUTO TOMAS PASCUAL 
En el marco del Seminario Leche, un alimento para todos: calidad, nutrición y salud, organizado por el Instituto Tomás Pascual Sanz para la Nutrición y la Salud en colaboración con la Universidad Autónoma de Barcelona, el Dr. Sergio Calsamiglia Blancafort pronunció la ponencia Mitos y falsedades contra el consumo de la leche  

Mito 1: Colesterol y enfermedades cardiovasculares
A mucha gente que tiene el colesterol alto su médico le ha dicho que dejara de consumir leche y productos lácteos. Además, es una percepción popular muy asumida, también entre los médicos.

¿Qué es lo malo que tiene la leche que justifica el mito? Lo más claro es el colesterol. La evidencia demuestra que la reducción del consumo de colesterol a corto plazo resulta una reducción del colesterol sanguíneo, pero que a medio plazo -a partir de los 6 meses- se recupera. Sin embargo, la mayor parte de nuestro colesterol (90 por ciento) tiene síntesis endógena -que está marcada genéticamente- y es difícil controlarlo con la dieta.

En la gente que toma mucha leche el colesterol aumenta de forma marginal, pero no olvidemos que el colesterol no causa muerte, sino que es un factor coadyuvante, reduce la flexibilidad de nuestro sistema vascular. La muerte se produce por hipertensión. Es cierto que si uno tienen hipertensión y sistema vascular flexible el riesgo se reduce puesto que se puede controlar de alguna manera, expandir la capacidad sanguínea a través de flexibilizar el sistema vascular. Pero sólo es un factor coadyuvante.

¿Qué tiene la leche que sea bueno y que desmitifica lo negativo sobre enfermedades cardiovasculares? Mejora el perfil lipídico. La mayor parte de la comunidad científica desestima el colesterol como un buen indicador. El perfil lipídico es más relevante como indicador -que no como causa- de enfermedades cardiovasculares que el colesterol. Los hombres y mujeres que consumen de 1-4 raciones de leche al día tienen una reducción en el perfil de triglicéridos y de lípidos sanguíneos. Según datos de Peter Elwood la reducción del riesgo es de alrededor del 16-17 por ciento. El consumo de leche reduce el riesgo cardiovascular.
En un trabajo experimental en el que se tomaba una dieta control y una dieta rica en fruta y vegetales -que reduce la presión arterial-, cuando ésta se combina además con una dieta rica en leche la presión arterial máxima y mínima disminuyen. 

Mito 2: Engorda

Hay evidencias moleculares en ratas e in vitro en humanos que explican por qué no engorda. Incluso hay estudios clínicos en humanos y estudios epidemiológicos que dicen que los que consumen más leche tienden a ser más delgados. Además si cumpliéramos con las dos o tres raciones diarias de productos lácteos -cosa que no hacemos- la ingestión calórica sólo representa alrededor del 12 por ciento.

 

La comunidad científica no duda que en las dietas para adelgazar de la gente con exceso de peso es necesaria la incorporación del calcio. También el calcio reduce la digestibilidad de la grasa. Y además, hay péptidos bioactivos relacionados con la saciedad. La gente que toma leche durante la comida, come menos cantidad y el mecanismo fisiológico se explica porque el péptido bioactivo genera saciedad en el que lo consume.

Estos efectos de reducción de peso sólo se observan en individuos obesos con dietas hipocalóricas. La suplementación con calcio reduce la pérdida de peso y mejora la condición corporal. Los efectos son mayores cuando el calcio procede de la leche probablemente por la presencia de esos péptidos bioactivos y no se observan efectos con ingestión de calcio por encima de las necesidades.

La evidencia molecular, animal, de experimentación clínica y epidemiológica permite concluir que es necesario considerar la necesidad de mantener el consumo de leche y derivados en dietas diseñadas para la prevención (en niños y adolescentes) y control (en adultos) del sobrepeso y la obesidad. Y la recomendación es entre dos y tres raciones diarias, tal y como indica la pirámide de la alimentación.

 

Mito 3: Causa diabetes
En realidad el riesgo de diabetes disminuye en los que toman más leche. ¿Qué es lo que tiene la leche? Datos de Peter Elwood dicen que de no tomar leche a tomar medio litro de leche la reducción del riesgo es de más del 50 por ciento.Si hablamos de derivados lácteos los mismos datos indican que se reduce el riesgo en casi un 70%. Cuando se consume leche se reduce la glucosa en sangre -esencial para el control de la diabetes tipo 2- y los que tienen diabetes adquirida suelen morir por enfermedad cardiovascular y concomitante hay una obesidad.

 

Mito 4: Mucosidad y asma

El Colegio Americano de Nutricionistas tuvo que solicitar un estudio a expertos sobre la relación entre el consumo de leche y la mucosidad y el asma. No se sabe de dónde viene este mito ya que no existe ninguna evidencia que relacione el consumo de leche con la incidencia de asma. Respecto al moco, se estudió la producción tras ingerir leche y también se observó que no existe ninguna relación. Se hizo un estudio clínico doble ciego (leche vs soja mezcladas con cacao, café y menta para no poder distinguirlas). Y se vio que los que perciben que la leche crea mucosidad, informan con más frecuencia sobre mucosidad tanto en leche como en soja. Los efectos son a muy corto plazo (primeros 5 minutos). La ´"declaración" de problemas no se acompañó por un aumento real en el peso de moco producido.

 

Mito 5: Intolerancia a la lactosa
Hayque distinguir entre intolerancia y mala digestión de la lactosa. Y también entre la intolerancia congénita (infrecuente), la primaria y la secundaria por un problema digestivo. Frente a una situación de intolerancia hay muchas alternativas: consumo moderado de leche y derivados; consumo de productos bajos en lactosa o sin lactosa; consumo de leche y derivados con pastillas de lactasa; o evitar el consumo de leche y derivados.

  

 

 

 

 

 

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