Artículos Deportivos

El entrenamiento funcional de alta intensidad: Lesiones; epidemiología y clasificación de ejercicios según riesgo de lesión

ARTÍCULO DEL MES DE ABRIL 2015 

 Artículo por:  Javier González Fernández  Graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte POR   

 

En el artículo anterior destacamos el gran auge que están sufriendo las diversas metodologías de entrenamiento funcional en los últimos años, especialmente las de alta intensidad; también realizamos una clasificación de las lesiones musculo- esqueléticas más comunes y finalmente acabamos mencionando una serie de factores a considerar e intentar aplicar a la hora de realizar el entrenamiento, así como algunas de las características negativas que debemos evitar.

Tras dicho análisis preliminar es hora de ir profundizando en aspectos más concretos

Epidemiología:

“La epidemiología es la disciplina médica que estudia la aparición, causas y prevención de enfermedades” (E. Sherry. 2002). El enfoque epidemiológico permite entender mejor la incidencia y causas de las lesiones, así como planificar programas de prevención para todas las modalidades deportivas.

En base a esto, consideramos que para la elaboración de un protocolo de prevención de lesiones para un deporte específico, debemos analizar cuáles son los factores de riesgo más comunes, así como la clasificación de lesiones más comunes; es decir, antes de buscar una solución, debemos identificar los problemas.

Las lesiones más comunes que sufren los deportistas practicantes de esta metodología son las siguientes:

 

 

LESIÓN

TIPO DE LESIÓN

ZONA

DESCRIPCIÓN

CAUSAS

“ Codo de tenista” o epicondilitis

Tendinosa

Articulación humeroradial

Inflamación de la zona de inserción de los músculos epicondíleos que afecta a la bolsa humeral, el periostio y el ligamento anular.

Se produce tras movimientos repetidos de pronación y supinación de la mano con el codo en extensión.

Sobrecarga en la musculatura del antebrazo debido al uso en exceso.

Empleo de una técnica incorrecta

Desequilibrio muscular y/o pérdida de flexibilidad.

Tendinitis Aquílea

Tendinosa

Articulación tibioperoneoastragalina.

Inflamación del tendón de Aquiles (conecta la parte posterior de la pierna al talón) debido generalmente a una sobrecarga en la zona.

Calzado inadecudado

Trabajo pliométrico excesivo

Correr con mucha frecuencia

Correr sobre superficies duras

Cambio repentino en la cantidad o intensidad de una actividad

Acortamiento tríceps sural

Desviaciones axiales del tobillo

 

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Respirar mal durante la práctica deportiva tiene efectos nocivos

ARTÍCULO DEL MES DE MARZO 2015 

 

 Artículo de: munideporte.com    MUNI   

 

   La mala respiración al practicar ejercicio puede tener efectos negativos como fatiga, hiperventilación o insomnio. Según los expertos el principal motivo es el ritmo de vida actual. El 60% de las personas no respira correctamente al realizar deporte. 

   Las pautas para lograr una correcta respiración pasan por abandonar la respiración torácica, que obliga a utilizar la musculatura del pecho y los hombros dejando rigidez abdominal. Es más recomendable una respiración diafragmática que mejora sensiblemente la calidad de vida y de ejercicio físico.

   Los expertos aseguran que "una correcta respiración diafragmática influye sobre el proceso mental y consigue un estado físico óptimo mejorando la concentración. Por ello, muchos deportistas de élite utilizan esta respiración diafragmática como parte esencial de su entrenamiento ya que les ayuda a conseguir resultados óptimos".

 

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Acelerando la recuperación después del ejercicio

 

ARTÍCULO DEL MES DE FEBRERO 2015 

 

 Artículo de:     B. Arnett, Dan Bernardot, R. Maughan y B. Steuewald   

 

PUNTOS CLAVE

  • Para acelerar la recuperación después de un ejercicio intenso, los atletas deben continuar moviéndose durante 10 a 20 minutos a intensidades progresivamente mas bajas para acelerar la remoción del ácido láctico de los músculos y la sangre. Después de esta actividad debe hacerse el estiramiento de todos los grandes grupos musculares.
  • Los atletas deben comenzar a consumir líquidos y carbohidratos inmediatamente después del ejercicio, para ayudar a que el cuerpo reemplace los fluidos perdidos en el sudor y recuperar las reservas de glucógeno muscular.
  • Las investigaciones indican que un atleta de 70 kg (154 lb) debería consumir entre 50 y 150 gramos de carbohidratos (200 a 600 calorías) entre las primeras 2 horas después del ejercicio para mejorar el reemplazo de las reservas de glucógeno muscular.
  • Una cantidad de tan sólo 6 gramos de proteínas (más no es mejor), puede acelerar la síntesis de proteínas en los músculos después del ejercicio. Los costosos suplementos de polvos de proteínas y aminoácidos no son más efectivos que los alimentos comunes (Ej.: Carne, pescado, huevos) para suministrar los aminoácidos necesarios.
  • Es muy importante reemplazar el agua y los electrolitos, especialmente el sodio durante y después del ejercicio, para reducir la deshidratación, estabilizar el volumen sanguíneo y evitar los calambres musculares. A pesar de que existen excepciones, los atletas generalmente requieren por lo menos de 7 a 8 horas de sueño cada noche para poder rendir al máximo.

 

INTRODUCCIÓN

Una jugadora universitaria de tenis ha finalizado un agotador juego de singles de tres horas y tiene sólo 2 horas para estar lista y poder jugar el campeonato de dobles. ¿Ella debería concentrase simplemente en descansar por las 2 horas siguientes o debería preocuparse en reponer las reservas de carbohidratos y fluidos de su cuerpo?

Un levantador de pesas completa una dura sesión de entrenamientos de 2 horas y debe competir por el título nacional en 3 días. ¿Debería parar completamente el levantamiento de pesas hasta el día de la competencia?; ¿Qué debería estar comiendo? ¿Existen suplementos que él deba tomar para acelerar su recuperación?

Durante una mañana de competencias, un nadador compite en tres eventos preliminares y califica para la final de la tarde en cada uno de ellos. ¿Qué debería hacer durante las próximas 6 horas para asegurarse un máximo rendimiento en las finales?

Todos los profesionales de la medicina del deporte, entrenadores y atletas se han encontrado con preguntas relacionadas con la mejor forma de recuperarse de una sesión de ejercicio y como prepararse para la siguiente. Existen muchos mitos y verdades a medias con relación a los mejores métodos para recuperarse y hay mucha más ciencia publicada con relación a la preparación óptima para el ejercicio que en como recuperarse mejor de él. Por lo tanto, preguntamos a un grupo de expertos que tienen experiencia científica o práctica en el manejo de la recuperación para ayudarnos a entender mejor este proceso y como mejorarlo.

Brad Arnett, es entrenador jefe de fuerza y acondicionamiento en la Universidad de Arizona en Tucson, trabaja fundamentalmente con equipos de fútbol americano y baloncesto, pero también tiene experiencia laborando con atletas en una gran variedad de deportes. Dan Benardot es Decano asociado para investigación del Colegio de Salud y Ciencias Humanas y co-director del laboratorio de rendimiento de atletas de elite en la Universidad del Estado de Georgia. Él fue nutricionista del equipo nacional de gimnasia de los Estados Unidos desde 1991 a 1997 y es el autor del libro Nutrition for Serious Athletes (Human Kinetics), además de numerosos artículos en nutrición deportiva. Ron Maughan es un aclamado experto internacional en fisiología, bioquímica y nutrición del ejercicio de rendimiento. Ha hecho numerosas publicaciones sobre estos tópicos en la literatura científica. Brent Steuerwald ha sido un entrenador de fútbol universitario durante 43 años. En 1995 la asociación nacional de entrenadores lo nombró entrenador del año en fútbol americano. Él trabaja con la liga nacional de fútbol (NFL) en el desarrollo de programas educacionales para incrementar las habilidades de los entrenadores de fútbol en todo el país. Fred Tedeschi es el entrenador jefe de entrenamiento atlético de los Chicago Bulls. Anteriormente él ocupó posiciones similares en la Universidad de California, Berkeley, y con la Universidad Vanderbilt, y fu también asistente del entrenador atlético de los San Francisco 49, durante 7 años.

La "recuperación" puede tener diferentes significados dependiendo del deporte en cuestión y de otros factores. ¿Cómo podrían ustedes definir la "recuperación" en el medio deportivo?

Benardot: La recuperación es el proceso a través del cual pasa el atleta para volver a estar listo para rendir. Involucra el restablecimiento de las reservas de energía y nutrientes, un retorno a la función fisiológica normal, una reducción de los dolores musculares y la desaparición de síntomas psicológicos (irritabilidad, desorientación, inhabilidad para concentrarse) asociados con una fatiga extrema. Independientemente de los atletas con los que yo trabaje: Patinadores de figuras, gimnastas, corredores de maratón, jugadores de tenis o hockey, el objetivo es tener al atleta listo para competir de nuevo o hacer que la próxima sesión de entrenamientos mejore su potencial de rendimiento. No existen dudas de que los atletas que entrenan o compiten sin una recuperación completa, no rendirán al máximo de sus capacidades.

Maughan: Yo estoy de acuerdo con el Dr. Benardot en que la recuperación debe involucrar el restablecimiento del aspecto físico y mental. En el entrenamiento, esto permite que la calidad del trabajo sea mantenida mientras se reduce el riesgo de fatiga crónica, enfermedades y lesiones. En la competencia, esto significa ser capaz de participar en la próxima ronda o evento y poder rendir a un nivel similar o superior.

 

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La práctica del Yoga reduce los factores de riesgo cardiovascular

ARTÍCULO DEL MES DE ENERO 2015 

 

 Artículo: www.munideporte.com  

 

Un equipo de investigadores de Países Bajos y EEUU ha realizado una revisión sistemática de 37 ensayos con 2.768 personas sobre los beneficios del Yoga. Los resultados concluyen que esta disciplina mejora los factores de riesgo asociados con la enfermedad cardiovascular, siendo un tratamiento potencialmente efectivo para tratar esta patología.

Este meta-análisis proporciona una estimación realista de la eficacia del yoga si se compara con el ejercicio y con la inactividad física. Los resultados mostraron que los factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular mejoraron más en aquellos que hacían yoga que en los que no practicaban ejercicio. Además se demostró que el yoga tuvo un efecto en estos riesgos comparables a realizar actividad física tradicional.

Los autores de esta revisión es “un hallazgo significativo para personas que no pueden o prefieren no realizar ejercicio aeróbico tradicional, porque aún podrían lograr beneficios similares en la reducción del riesgo cardiovascular”.


 

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Posicionamiento sobre el entrenamiento de fuerza en jóvenes.

ARTÍCULO DEL MES DE DICIEMBRE 2014 

 

 Artículo:  Rhodri S. Lloyd, Avery D. Faigenbaum, Michael H Stone, Jon L. Oliver, Ian Jeffreys, Jeremy A. Moody, CliveBrewer, Kyle C. Pierce, Teri M McCambridge, Rick Howard, Lee Herrington, Brian Hainline, Lyle J. Micheli,Rod Jaques, William J. Kraemer, Michael G. McBride, Thomas M. Best, Richard Ramirez, Donald A. Chu,Brent A. Alvar, Jonathan Esteve-Lanao, Juan-Manuel Alonso, Gregory D. Myer 

 

A raíz de los transcendentales intentos para transmitir preocupación en torno al entrenamiento de fuerza en jóvenes pre-pubescentes, el concepto de participación de niños y adolescentes en varias formas de entrenamiento de fuerza ha hecho crecer el interés entre investigadores, profesionales clínicos y entrenadores profesionales. Existe ahora un cuerpo de evidencia convincente que apoya la participación regular en el entrenamiento de fuerza en los jóvenes con el fin de reforzar la salud y las adaptaciones físicas y mejorar el rendimiento deportivo. Existe un mayor apoyo para el uso del entrenamiento de fuerza en los jóvenes, siempre y cuando estos programas sean supervisados por profesionales cualificados y mientras sean coherentes con las necesidades, metas y habilidades de niños y adolescentes. Los estudios científicos han indicado que varias formas de ejercicio de fuerza pueden producir mejoras significativas en el rendimiento en fuerza muscular, producción de potencia muscular, velocidad de carrera, rapidez en los cambios de dirección, y en el rendimiento motor en general en jóvenes. Desde la perspectiva de la salud, la evidencia indica que el entrenamiento de fuerza puede causar alteraciones positivas en la composición corporal total, reducción en la grasa corporal, mejorar la sensibilidad a la insulina en los adolescentes obesos, y mejorar la función cardiaca en los niños obesos. Es importante destacar que también se ha demostrado que la participación regular en un programa de ejercicio apropiadamente diseñado que incluya entrenamiento de fuerza, puede mejorar la densidad mineral ósea, la salud esquelética y probablemente reducir el riesgo de lesiones deportivas en los deportistas juveniles. Esto parece ser una consideración importante dado que aproximadamente millones de las lesiones relacionadas con el deporte entre los deportistas jóvenes, requieren de consulta médica cada año en los Estados Unidos de América. En comparación relativa con los datos de Europa, se halló que las lesiones deportivas en jóvenes requirieron hospitalización en 1,3 millones de los casos, en menores de 15 años de edad. Además, la fuerza muscular y el entrenamiento de fuerza han sido asociados con la salud psicológica positiva y el bienestar de niños y jóvenes.

 

Seguir leyendo:  http://femede.es/documentos/rev02_160.pdf 

Veinte errores frecuentes que se cometen al acudir a un gimnasio

ARTÍCULO DEL MES DE NOVIEMBRE 2014 

 Artículo:  Sociedad Matritense de Cirugía Ortopédica y Traumatología 

Nuestra alimentación diaria debe consistir en una dieta equilibrada en nutrientes y variada. Debe contener un reparto equitativo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Junto a ello, han de llevarse a cabo una serie de hábitos saludables de vida tales como practicar ejercicio físico, evitar el tabaco y beber alcohol de forma moderada.

Como mejor ejemplo tenemos la dieta mediterránea, que nos aporta todos los biocomponentes que nos ayudan en nuestra salud ahora y posiblemente harán que vivamos más tiempo y mejor.

La dieta se ha propuesto como un hábito de mejora cardiovascular, que previene la obesidad y los problemas ligadas a esta como enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En diferentes investigaciones se ha visto que una sana alimentación reduce en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y, cuando ya se ha sufrido un episodio, minimiza hasta en un 70 % el riesgo de volver a sufrirlo.

Bases de la dieta mediterránea:

1.    Bajo consumo de productos lácteos. Entre dos y cuatro raciones al día desnatados o semidesnatados, para no superar el 30% de las calorías totales de la dieta en forma de grasa.

2.    El aceite de oliva como principal fuente de grasa:

-    Es una grasa monoinsaturada es cardiosaludable.
-    El virgen extra tiene vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que previenen el envejecimiento y fortalece nuestras defensas.
-    Mejora la hipertensión porque tiene unos compuestos que son los compuestos fenólicos que son vasodilatadores y disminuyen  la presión sanguínea.
-    Baja el colesterol malo LDL
-    Sube el colesterol bueno HDL
-    Se recomienda tomar entre tres y cinco raciones al día.

3.    Alimentos cárnicos en poca cantidad, alto consumo de pescado y legumbres como principal fuente protéica:

- La legumbre. Existe la falsa creencia de que la legumbre engorda. Lo que lo hace es el chorizo, la morcilla y el tocino con que cocinamos dicha legumbre. Este alimento tiene poquísima grasa, y una cantidad alta de fibra, lo que le confiere su efecto saciante. Concretamente tiene tres veces más fibra que la fruta. Además cuenta con unos fitoquímicos (lecitinas, fitatos) que han demostrado tener un efecto beneficioso para la salud porque disminuye la hipercolesterolemia y estabiliza el índice glucémico ya que cuentan con una proteína “phaseolamina” que retrasa la incorporación de glucosa en sangre. Esto es muy bueno para diabéticos, y además cuenta con otras propiedades que favorecen el tránsito intestinal, y previene algunos tipos de cáncer. Se recomienda tomar legumbre dos o tres días a la semana como plato principal.

- El pescado. Es un alimento proteico de alto valor biológico, tiene pocas calorías y poca grasa excepto el pescado azul que tiene grasa buena: Poliinsaturada. Todos hemos oído hablar de los omega 3, que fluidifican la sangre, bajan los triglicéridos, y suben el HDL (colesterol bueno). Tiene unas propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias. Se recomienda tomar pescado dos-tres días por semana y cuando hay hipercolesterolemia, se recomienda tomar hasta cuatro, dos días pescado blanco y dos días pescado azul.

En referencia a las carnes rojas, contiene grasas saturadas que en exceso suben el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto se recomiendan tomar de manera ocasional.

4.    Ingesta abundante de cereales: Se recomienda tomar entre cuatro y seis raciones al día de forma integral (pan, arroz, pasta). Las formas integrales tienen mayor concentración de fibra, vitamina, minerales y fitonutrientes  (antioxidantes, antihipertensivos, antihipercolesterolémicos). De una harina integral 100%, después del refinado, se pierde prácticamente toda la vitamina E, B2, B6,K, magnesio, manganeso, solamente se retiene un 20% de la fibra y las proteínas se retienen un 75% y las calorías incrementan en un 7%, es decir, debemos tomar cereales integrales a ser posible. Son muy interesantes para evitar diabetes y obesidad ya que al entrar de forma progresiva en sangre no provoca picos de insulina.

5.    Frutas y verduras en alta proporción: Las frutas y las verduras nos proporcionan vitaminas y minerales (estimulan el sistema inmune que nos defiende de las enfermedades), fibras (fibra soluble, insoluble, pectinas, betaglucanos) que tienen efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, también tienen  antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua , enzimas, etc. Es decir, nos previenen de enfermedades cardiovasculares, previenen y mejoran la diabetes, la hipercolesterolemia (por los antioxidantes, el LDL cuando se oxida genera ateromas y los antioxidantes hace que se oxide menos y por lo tanto de poner en marcha el proceso de arteriosclerosis), el estreñimiento y la obesidad. Además, previenen algunos tipos de cáncer por los antioxidantes, compuestos fenólicos y selenio presentes en frutas y verduras. Todos los procesos cancerosos comienzan con un periodo de oxidación, si podemos intervenir en esas primeras fases y reducimos ese proceso estamos previniendo que se desencadene dicha enfermedad.

Se recomienda tomar tres frutas al día de entre ellas siempre un cítrico por el aporte de vitamina C diaria que necesitamos. Se recomienda tomar dos raciones de verdura al día, una cocinada y otra en crudo (ensalada).

6. Vino en cantidades moderadas y en las comidas:  Una copa de vino en las comidas es cardiosaludable, tiene antioxidantes, taninos, que le dan un efecto antiinflamatorio y vaso dilatador que previene el daño vascular.

7. Beber 1,5 -2 litros de agua al día.

8. Reducir el consumo de sal de 3-5 g/día, eliminar el tabaco y moderar el alcohol.

9. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como dulce, golosinas y refrescos.

10. Realizar ejercicio físico.

 Nuestra alimentación diaria debe consistir en una dieta equilibrada en nutrientes y variada. Debe contener un reparto equitativo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Junto a ello, han de llevarse a cabo una serie de hábitos saludables de vida tales como practicar ejercicio físico, evitar el tabaco y beber alcohol de forma moderada.

Como mejor ejemplo tenemos la dieta mediterránea, que nos aporta todos los biocomponentes que nos ayudan en nuestra salud ahora y posiblemente harán que vivamos más tiempo y mejor.

La dieta se ha propuesto como un hábito de mejora cardiovascular, que previene la obesidad y los problemas ligadas a esta como enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En diferentes investigaciones se ha visto que una sana alimentación reduce en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y, cuando ya se ha sufrido un episodio, minimiza hasta en un 70 % el riesgo de volver a sufrirlo.

Bases de la dieta mediterránea:

1.    Bajo consumo de productos lácteos. Entre dos y cuatro raciones al día desnatados o semidesnatados, para no superar el 30% de las calorías totales de la dieta en forma de grasa.

2.    El aceite de oliva como principal fuente de grasa:

-    Es una grasa monoinsaturada es cardiosaludable.
-    El virgen extra tiene vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que previenen el envejecimiento y fortalece nuestras defensas.
-    Mejora la hipertensión porque tiene unos compuestos que son los compuestos fenólicos que son vasodilatadores y disminuyen  la presión sanguínea.
-    Baja el colesterol malo LDL
-    Sube el colesterol bueno HDL
-    Se recomienda tomar entre tres y cinco raciones al día.

3.    Alimentos cárnicos en poca cantidad, alto consumo de pescado y legumbres como principal fuente protéica:

- La legumbre. Existe la falsa creencia de que la legumbre engorda. Lo que lo hace es el chorizo, la morcilla y el tocino con que cocinamos dicha legumbre. Este alimento tiene poquísima grasa, y una cantidad alta de fibra, lo que le confiere su efecto saciante. Concretamente tiene tres veces más fibra que la fruta. Además cuenta con unos fitoquímicos (lecitinas, fitatos) que han demostrado tener un efecto beneficioso para la salud porque disminuye la hipercolesterolemia y estabiliza el índice glucémico ya que cuentan con una proteína “phaseolamina” que retrasa la incorporación de glucosa en sangre. Esto es muy bueno para diabéticos, y además cuenta con otras propiedades que favorecen el tránsito intestinal, y previene algunos tipos de cáncer. Se recomienda tomar legumbre dos o tres días a la semana como plato principal.

- El pescado. Es un alimento proteico de alto valor biológico, tiene pocas calorías y poca grasa excepto el pescado azul que tiene grasa buena: Poliinsaturada. Todos hemos oído hablar de los omega 3, que fluidifican la sangre, bajan los triglicéridos, y suben el HDL (colesterol bueno). Tiene unas propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias. Se recomienda tomar pescado dos-tres días por semana y cuando hay hipercolesterolemia, se recomienda tomar hasta cuatro, dos días pescado blanco y dos días pescado azul.

En referencia a las carnes rojas, contiene grasas saturadas que en exceso suben el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto se recomiendan tomar de manera ocasional.

4.    Ingesta abundante de cereales: Se recomienda tomar entre cuatro y seis raciones al día de forma integral (pan, arroz, pasta). Las formas integrales tienen mayor concentración de fibra, vitamina, minerales y fitonutrientes  (antioxidantes, antihipertensivos, antihipercolesterolémicos). De una harina integral 100%, después del refinado, se pierde prácticamente toda la vitamina E, B2, B6,K, magnesio, manganeso, solamente se retiene un 20% de la fibra y las proteínas se retienen un 75% y las calorías incrementan en un 7%, es decir, debemos tomar cereales integrales a ser posible. Son muy interesantes para evitar diabetes y obesidad ya que al entrar de forma progresiva en sangre no provoca picos de insulina.

5.    Frutas y verduras en alta proporción: Las frutas y las verduras nos proporcionan vitaminas y minerales (estimulan el sistema inmune que nos defiende de las enfermedades), fibras (fibra soluble, insoluble, pectinas, betaglucanos) que tienen efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, también tienen  antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua , enzimas, etc. Es decir, nos previenen de enfermedades cardiovasculares, previenen y mejoran la diabetes, la hipercolesterolemia (por los antioxidantes, el LDL cuando se oxida genera ateromas y los antioxidantes hace que se oxide menos y por lo tanto de poner en marcha el proceso de arteriosclerosis), el estreñimiento y la obesidad. Además, previenen algunos tipos de cáncer por los antioxidantes, compuestos fenólicos y selenio presentes en frutas y verduras. Todos los procesos cancerosos comienzan con un periodo de oxidación, si podemos intervenir en esas primeras fases y reducimos ese proceso estamos previniendo que se desencadene dicha enfermedad.

Se recomienda tomar tres frutas al día de entre ellas siempre un cítrico por el aporte de vitamina C diaria que necesitamos. Se recomienda tomar dos raciones de verdura al día, una cocinada y otra en crudo (ensalada).

6. Vino en cantidades moderadas y en las comidas:  Una copa de vino en las comidas es cardiosaludable, tiene antioxidantes, taninos, que le dan un efecto antiinflamatorio y vaso dilatador que previene el daño vascular.

7. Beber 1,5 -2 litros de agua al día.

8. Reducir el consumo de sal de 3-5 g/día, eliminar el tabaco y moderar el alcohol.

9. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como dulce, golosinas y refrescos.

10. Realizar ejercicio físico.

 Nuestra alimentación diaria debe consistir en una dieta equilibrada en nutrientes y variada. Debe contener un reparto equitativo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Junto a ello, han de llevarse a cabo una serie de hábitos saludables de vida tales como practicar ejercicio físico, evitar el tabaco y beber alcohol de forma moderada.

Como mejor ejemplo tenemos la dieta mediterránea, que nos aporta todos los biocomponentes que nos ayudan en nuestra salud ahora y posiblemente harán que vivamos más tiempo y mejor.

La dieta se ha propuesto como un hábito de mejora cardiovascular, que previene la obesidad y los problemas ligadas a esta como enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En diferentes investigaciones se ha visto que una sana alimentación reduce en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y, cuando ya se ha sufrido un episodio, minimiza hasta en un 70 % el riesgo de volver a sufrirlo.

Bases de la dieta mediterránea:

1.    Bajo consumo de productos lácteos. Entre dos y cuatro raciones al día desnatados o semidesnatados, para no superar el 30% de las calorías totales de la dieta en forma de grasa.

2.    El aceite de oliva como principal fuente de grasa:

-    Es una grasa monoinsaturada es cardiosaludable.
-    El virgen extra tiene vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que previenen el envejecimiento y fortalece nuestras defensas.
-    Mejora la hipertensión porque tiene unos compuestos que son los compuestos fenólicos que son vasodilatadores y disminuyen  la presión sanguínea.
-    Baja el colesterol malo LDL
-    Sube el colesterol bueno HDL
-    Se recomienda tomar entre tres y cinco raciones al día.

3.    Alimentos cárnicos en poca cantidad, alto consumo de pescado y legumbres como principal fuente protéica:

- La legumbre. Existe la falsa creencia de que la legumbre engorda. Lo que lo hace es el chorizo, la morcilla y el tocino con que cocinamos dicha legumbre. Este alimento tiene poquísima grasa, y una cantidad alta de fibra, lo que le confiere su efecto saciante. Concretamente tiene tres veces más fibra que la fruta. Además cuenta con unos fitoquímicos (lecitinas, fitatos) que han demostrado tener un efecto beneficioso para la salud porque disminuye la hipercolesterolemia y estabiliza el índice glucémico ya que cuentan con una proteína “phaseolamina” que retrasa la incorporación de glucosa en sangre. Esto es muy bueno para diabéticos, y además cuenta con otras propiedades que favorecen el tránsito intestinal, y previene algunos tipos de cáncer. Se recomienda tomar legumbre dos o tres días a la semana como plato principal.

- El pescado. Es un alimento proteico de alto valor biológico, tiene pocas calorías y poca grasa excepto el pescado azul que tiene grasa buena: Poliinsaturada. Todos hemos oído hablar de los omega 3, que fluidifican la sangre, bajan los triglicéridos, y suben el HDL (colesterol bueno). Tiene unas propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias. Se recomienda tomar pescado dos-tres días por semana y cuando hay hipercolesterolemia, se recomienda tomar hasta cuatro, dos días pescado blanco y dos días pescado azul.

En referencia a las carnes rojas, contiene grasas saturadas que en exceso suben el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto se recomiendan tomar de manera ocasional.

4.    Ingesta abundante de cereales: Se recomienda tomar entre cuatro y seis raciones al día de forma integral (pan, arroz, pasta). Las formas integrales tienen mayor concentración de fibra, vitamina, minerales y fitonutrientes  (antioxidantes, antihipertensivos, antihipercolesterolémicos). De una harina integral 100%, después del refinado, se pierde prácticamente toda la vitamina E, B2, B6,K, magnesio, manganeso, solamente se retiene un 20% de la fibra y las proteínas se retienen un 75% y las calorías incrementan en un 7%, es decir, debemos tomar cereales integrales a ser posible. Son muy interesantes para evitar diabetes y obesidad ya que al entrar de forma progresiva en sangre no provoca picos de insulina.

5.    Frutas y verduras en alta proporción: Las frutas y las verduras nos proporcionan vitaminas y minerales (estimulan el sistema inmune que nos defiende de las enfermedades), fibras (fibra soluble, insoluble, pectinas, betaglucanos) que tienen efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, también tienen  antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua , enzimas, etc. Es decir, nos previenen de enfermedades cardiovasculares, previenen y mejoran la diabetes, la hipercolesterolemia (por los antioxidantes, el LDL cuando se oxida genera ateromas y los antioxidantes hace que se oxide menos y por lo tanto de poner en marcha el proceso de arteriosclerosis), el estreñimiento y la obesidad. Además, previenen algunos tipos de cáncer por los antioxidantes, compuestos fenólicos y selenio presentes en frutas y verduras. Todos los procesos cancerosos comienzan con un periodo de oxidación, si podemos intervenir en esas primeras fases y reducimos ese proceso estamos previniendo que se desencadene dicha enfermedad.

Se recomienda tomar tres frutas al día de entre ellas siempre un cítrico por el aporte de vitamina C diaria que necesitamos. Se recomienda tomar dos raciones de verdura al día, una cocinada y otra en crudo (ensalada).

6. Vino en cantidades moderadas y en las comidas:  Una copa de vino en las comidas es cardiosaludable, tiene antioxidantes, taninos, que le dan un efecto antiinflamatorio y vaso dilatador que previene el daño vascular.

7. Beber 1,5 -2 litros de agua al día.

8. Reducir el consumo de sal de 3-5 g/día, eliminar el tabaco y moderar el alcohol.

9. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como dulce, golosinas y refrescos.

10. Realizar ejercicio físi

La Sociedad Matritense de Cirugía Ortopédica y Traumatología ha publicado los errores más frecuentes que se comenten en un gimnasio. Una mala práctica puede provocar un amplio abanico de problemas físicos y lesiones.

La actividad física realizada de forma incorrecta puede causar dolores musculares, como contracturas, distensiones y lumbalgias. Asimismo, puede llevar a roturas de ligamentos, esguinces y dislocaciones. Por ello, entre dolores, lesiones y falta de resultados, muchas personas abandonan el entrenamiento antes de lo que debería.

Para evitarlo, esta lista recoge los veinte errores más comunes del usuario en un gimnasio. El objetivo es poder corregirlos y ejercitarse con seguridad:

- Apuntarse al centro deportivo más moderno sin mirar dónde está: Contará con máquinas de última generación, sauna o entrenadores personales, pero si está lejos la casa o del trabajo lo más probable es que termine por dejarse. Según el Colegio Estadounidense de Medicina Deportiva, la continuidad depende en gran medida de que la sala esté cerca de nuestros lugares habituales.

- Comenzar sin calentar: Puede parecer una pérdida de tiempo, pero el calentamiento es la forma de prepararnos física y psicológicamente para el ejercicio. Francisco García-Muro, coordinador de la sección de fisioterapia en la actividad física y deporte en el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, explica que “es una especie de puesta a punto. Calentar reduce el riesgo de lesiones y es también la manera de sacar el máximo rendimiento a nuestro trabajo". Si se va a estar una hora en el gimnasio, se recomienda calentar diez minutos y aumentar este tiempo si el ejercicio va a ser muy intenso.

- Utilizar las máquinas sin asesoramiento: No son difíciles de manejar, lo complicado es saber qué carga nos conviene, cuál es la postura correcta y cuántas repeticiones debemos hacer. García Muro señala que “son muy seguras y es difícil hacerse daño. El problema es que la persona no haya sido cribada y empiece sin que nadie le oriente”.

- No hacer caso a los monitores: Son importantes para enseñar a usar las máquinas  y para organizar los entrenamientos. De esta forma se puede sacar el máximo partido al tiempo en el gimnasio y evitar lesiones. Olalla Eiriz, entrenadora del centro VIP Training, explica que “la mayoría de la gente que se da de baja es porque acude sola y, aunque las primeras semanas nota resultados, se estanca con facilidad".

- Hacer siempre lo mismo y trabajar los mismos músculos: De esta forma se entra en una zona de confort, los ejercicios no costarán ni tampoco resultarán eficaces. Hay que sorprender al músculo, intercalar intensidades, tiempos de descanso y tareas, de esta forma se consiguen mejores resultados y se disminuye el riesgo de lesión. Trabajar músculos muy específicos puede crear un desequilibrio respecto al resto del cuerpo y eso terminará saliendo en forma de patología.

- Utilizar la máquina más sencilla o divertida: Siempre hay que tener presente que la construcción de masa muscular y la pérdida de grasa se consiguen cuando el entrenamiento es un desafío. Por eso, usar una máquina que resulte fácil no dará grandes resultados.

- Fiarse de las calorías quemadas que marca la pantalla:  Si el  objetivo es quemar y querer saber cuándo se está haciendo lo mejor es recurrir al pulsómetro. A partir de una simple fórmula se puede hacer un cálculo aproximado de cuál es la intensidad a la que hay que trabajar para que el entrenamiento sea efectivo. Basta restar a 220 la edad. El resultado representa nuestra frecuencia cardiaca máxima, que sería cuando se quema  más. Los expertos aconsejan trabajar al 70-85% de esa frecuencia cardiaca máxima para obtener resultados.

- Descansar demasiado entre serie y serie: Extender el tiempo de descanso puede echar por tierra el trabajo. Lo aconsejable es reposar de 30 a 60 segundos entre serie y serie. Eiriz subraya que “es orientativo, los descansos deben ir en función de lo que marque el pulsómetro. Se trata de retomar la actividad cuando las pulsaciones estén al 60% de la frecuencia cardiaca máxima". No es un descanso para la recuperación, sino para poder seguir.

 

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La Hiperespecialización Temprana no es el mejor camino

ARTÍCULO DEL MES DE OCTUBRE 2014 

 Artículo:  David Epsteines uno de los más reputados periodistas de investigación de Estados Unidos en el terreno del deporte y la ciencia. El redactor de ‘ProPublica’ desarrolla en su libro ‘El gen deportivo’ (‘The Sports Gene – Inside the Science of Extraordinary Athletic Permormance’, publicado en España por Indicios), un conjunto de argumentaciones para determinar si Rafa Nadal, Usain Bolt o Michael Phelps han nacido para triunfar o son fruto de un entrenamiento exhaustivo. Epstein ha recorrido el mundo en busca de ejemplos y pretende clarificar la relación entre talento y esfuerzo. 

Nuestra alimentación diaria debe consistir en una dieta equilibrada en nutrientes y variada. Debe contener un reparto equitativo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Junto a ello, han de llevarse a cabo una serie de hábitos saludables de vida tales como practicar ejercicio físico, evitar el tabaco y beber alcohol de forma moderada.

Como mejor ejemplo tenemos la dieta mediterránea, que nos aporta todos los biocomponentes que nos ayudan en nuestra salud ahora y posiblemente harán que vivamos más tiempo y mejor.

La dieta se ha propuesto como un hábito de mejora cardiovascular, que previene la obesidad y los problemas ligadas a esta como enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En diferentes investigaciones se ha visto que una sana alimentación reduce en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y, cuando ya se ha sufrido un episodio, minimiza hasta en un 70 % el riesgo de volver a sufrirlo.

Bases de la dieta mediterránea:

1.    Bajo consumo de productos lácteos. Entre dos y cuatro raciones al día desnatados o semidesnatados, para no superar el 30% de las calorías totales de la dieta en forma de grasa.

2.    El aceite de oliva como principal fuente de grasa:

-    Es una grasa monoinsaturada es cardiosaludable.
-    El virgen extra tiene vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que previenen el envejecimiento y fortalece nuestras defensas.
-    Mejora la hipertensión porque tiene unos compuestos que son los compuestos fenólicos que son vasodilatadores y disminuyen  la presión sanguínea.
-    Baja el colesterol malo LDL
-    Sube el colesterol bueno HDL
-    Se recomienda tomar entre tres y cinco raciones al día.

3.    Alimentos cárnicos en poca cantidad, alto consumo de pescado y legumbres como principal fuente protéica:

- La legumbre. Existe la falsa creencia de que la legumbre engorda. Lo que lo hace es el chorizo, la morcilla y el tocino con que cocinamos dicha legumbre. Este alimento tiene poquísima grasa, y una cantidad alta de fibra, lo que le confiere su efecto saciante. Concretamente tiene tres veces más fibra que la fruta. Además cuenta con unos fitoquímicos (lecitinas, fitatos) que han demostrado tener un efecto beneficioso para la salud porque disminuye la hipercolesterolemia y estabiliza el índice glucémico ya que cuentan con una proteína “phaseolamina” que retrasa la incorporación de glucosa en sangre. Esto es muy bueno para diabéticos, y además cuenta con otras propiedades que favorecen el tránsito intestinal, y previene algunos tipos de cáncer. Se recomienda tomar legumbre dos o tres días a la semana como plato principal.

- El pescado. Es un alimento proteico de alto valor biológico, tiene pocas calorías y poca grasa excepto el pescado azul que tiene grasa buena: Poliinsaturada. Todos hemos oído hablar de los omega 3, que fluidifican la sangre, bajan los triglicéridos, y suben el HDL (colesterol bueno). Tiene unas propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias. Se recomienda tomar pescado dos-tres días por semana y cuando hay hipercolesterolemia, se recomienda tomar hasta cuatro, dos días pescado blanco y dos días pescado azul.

En referencia a las carnes rojas, contiene grasas saturadas que en exceso suben el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto se recomiendan tomar de manera ocasional.

4.    Ingesta abundante de cereales: Se recomienda tomar entre cuatro y seis raciones al día de forma integral (pan, arroz, pasta). Las formas integrales tienen mayor concentración de fibra, vitamina, minerales y fitonutrientes  (antioxidantes, antihipertensivos, antihipercolesterolémicos). De una harina integral 100%, después del refinado, se pierde prácticamente toda la vitamina E, B2, B6,K, magnesio, manganeso, solamente se retiene un 20% de la fibra y las proteínas se retienen un 75% y las calorías incrementan en un 7%, es decir, debemos tomar cereales integrales a ser posible. Son muy interesantes para evitar diabetes y obesidad ya que al entrar de forma progresiva en sangre no provoca picos de insulina.

5.    Frutas y verduras en alta proporción: Las frutas y las verduras nos proporcionan vitaminas y minerales (estimulan el sistema inmune que nos defiende de las enfermedades), fibras (fibra soluble, insoluble, pectinas, betaglucanos) que tienen efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, también tienen  antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua , enzimas, etc. Es decir, nos previenen de enfermedades cardiovasculares, previenen y mejoran la diabetes, la hipercolesterolemia (por los antioxidantes, el LDL cuando se oxida genera ateromas y los antioxidantes hace que se oxide menos y por lo tanto de poner en marcha el proceso de arteriosclerosis), el estreñimiento y la obesidad. Además, previenen algunos tipos de cáncer por los antioxidantes, compuestos fenólicos y selenio presentes en frutas y verduras. Todos los procesos cancerosos comienzan con un periodo de oxidación, si podemos intervenir en esas primeras fases y reducimos ese proceso estamos previniendo que se desencadene dicha enfermedad.

Se recomienda tomar tres frutas al día de entre ellas siempre un cítrico por el aporte de vitamina C diaria que necesitamos. Se recomienda tomar dos raciones de verdura al día, una cocinada y otra en crudo (ensalada).

6. Vino en cantidades moderadas y en las comidas:  Una copa de vino en las comidas es cardiosaludable, tiene antioxidantes, taninos, que le dan un efecto antiinflamatorio y vaso dilatador que previene el daño vascular.

7. Beber 1,5 -2 litros de agua al día.

8. Reducir el consumo de sal de 3-5 g/día, eliminar el tabaco y moderar el alcohol.

9. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como dulce, golosinas y refrescos.

10. Realizar ejercicio físico.

 Nuestra alimentación diaria debe consistir en una dieta equilibrada en nutrientes y variada. Debe contener un reparto equitativo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Junto a ello, han de llevarse a cabo una serie de hábitos saludables de vida tales como practicar ejercicio físico, evitar el tabaco y beber alcohol de forma moderada.

Como mejor ejemplo tenemos la dieta mediterránea, que nos aporta todos los biocomponentes que nos ayudan en nuestra salud ahora y posiblemente harán que vivamos más tiempo y mejor.

La dieta se ha propuesto como un hábito de mejora cardiovascular, que previene la obesidad y los problemas ligadas a esta como enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En diferentes investigaciones se ha visto que una sana alimentación reduce en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y, cuando ya se ha sufrido un episodio, minimiza hasta en un 70 % el riesgo de volver a sufrirlo.

Bases de la dieta mediterránea:

1.    Bajo consumo de productos lácteos. Entre dos y cuatro raciones al día desnatados o semidesnatados, para no superar el 30% de las calorías totales de la dieta en forma de grasa.

2.    El aceite de oliva como principal fuente de grasa:

-    Es una grasa monoinsaturada es cardiosaludable.
-    El virgen extra tiene vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que previenen el envejecimiento y fortalece nuestras defensas.
-    Mejora la hipertensión porque tiene unos compuestos que son los compuestos fenólicos que son vasodilatadores y disminuyen  la presión sanguínea.
-    Baja el colesterol malo LDL
-    Sube el colesterol bueno HDL
-    Se recomienda tomar entre tres y cinco raciones al día.

3.    Alimentos cárnicos en poca cantidad, alto consumo de pescado y legumbres como principal fuente protéica:

- La legumbre. Existe la falsa creencia de que la legumbre engorda. Lo que lo hace es el chorizo, la morcilla y el tocino con que cocinamos dicha legumbre. Este alimento tiene poquísima grasa, y una cantidad alta de fibra, lo que le confiere su efecto saciante. Concretamente tiene tres veces más fibra que la fruta. Además cuenta con unos fitoquímicos (lecitinas, fitatos) que han demostrado tener un efecto beneficioso para la salud porque disminuye la hipercolesterolemia y estabiliza el índice glucémico ya que cuentan con una proteína “phaseolamina” que retrasa la incorporación de glucosa en sangre. Esto es muy bueno para diabéticos, y además cuenta con otras propiedades que favorecen el tránsito intestinal, y previene algunos tipos de cáncer. Se recomienda tomar legumbre dos o tres días a la semana como plato principal.

- El pescado. Es un alimento proteico de alto valor biológico, tiene pocas calorías y poca grasa excepto el pescado azul que tiene grasa buena: Poliinsaturada. Todos hemos oído hablar de los omega 3, que fluidifican la sangre, bajan los triglicéridos, y suben el HDL (colesterol bueno). Tiene unas propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias. Se recomienda tomar pescado dos-tres días por semana y cuando hay hipercolesterolemia, se recomienda tomar hasta cuatro, dos días pescado blanco y dos días pescado azul.

En referencia a las carnes rojas, contiene grasas saturadas que en exceso suben el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto se recomiendan tomar de manera ocasional.

4.    Ingesta abundante de cereales: Se recomienda tomar entre cuatro y seis raciones al día de forma integral (pan, arroz, pasta). Las formas integrales tienen mayor concentración de fibra, vitamina, minerales y fitonutrientes  (antioxidantes, antihipertensivos, antihipercolesterolémicos). De una harina integral 100%, después del refinado, se pierde prácticamente toda la vitamina E, B2, B6,K, magnesio, manganeso, solamente se retiene un 20% de la fibra y las proteínas se retienen un 75% y las calorías incrementan en un 7%, es decir, debemos tomar cereales integrales a ser posible. Son muy interesantes para evitar diabetes y obesidad ya que al entrar de forma progresiva en sangre no provoca picos de insulina.

5.    Frutas y verduras en alta proporción: Las frutas y las verduras nos proporcionan vitaminas y minerales (estimulan el sistema inmune que nos defiende de las enfermedades), fibras (fibra soluble, insoluble, pectinas, betaglucanos) que tienen efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, también tienen  antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua , enzimas, etc. Es decir, nos previenen de enfermedades cardiovasculares, previenen y mejoran la diabetes, la hipercolesterolemia (por los antioxidantes, el LDL cuando se oxida genera ateromas y los antioxidantes hace que se oxide menos y por lo tanto de poner en marcha el proceso de arteriosclerosis), el estreñimiento y la obesidad. Además, previenen algunos tipos de cáncer por los antioxidantes, compuestos fenólicos y selenio presentes en frutas y verduras. Todos los procesos cancerosos comienzan con un periodo de oxidación, si podemos intervenir en esas primeras fases y reducimos ese proceso estamos previniendo que se desencadene dicha enfermedad.

Se recomienda tomar tres frutas al día de entre ellas siempre un cítrico por el aporte de vitamina C diaria que necesitamos. Se recomienda tomar dos raciones de verdura al día, una cocinada y otra en crudo (ensalada).

6. Vino en cantidades moderadas y en las comidas:  Una copa de vino en las comidas es cardiosaludable, tiene antioxidantes, taninos, que le dan un efecto antiinflamatorio y vaso dilatador que previene el daño vascular.

7. Beber 1,5 -2 litros de agua al día.

8. Reducir el consumo de sal de 3-5 g/día, eliminar el tabaco y moderar el alcohol.

9. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como dulce, golosinas y refrescos.

10. Realizar ejercicio físico.

 Nuestra alimentación diaria debe consistir en una dieta equilibrada en nutrientes y variada. Debe contener un reparto equitativo de hidratos de carbono, lípidos y proteínas. Junto a ello, han de llevarse a cabo una serie de hábitos saludables de vida tales como practicar ejercicio físico, evitar el tabaco y beber alcohol de forma moderada.

Como mejor ejemplo tenemos la dieta mediterránea, que nos aporta todos los biocomponentes que nos ayudan en nuestra salud ahora y posiblemente harán que vivamos más tiempo y mejor.

La dieta se ha propuesto como un hábito de mejora cardiovascular, que previene la obesidad y los problemas ligadas a esta como enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. En diferentes investigaciones se ha visto que una sana alimentación reduce en un 30% el riesgo de enfermedad cardiovascular y, cuando ya se ha sufrido un episodio, minimiza hasta en un 70 % el riesgo de volver a sufrirlo.

Bases de la dieta mediterránea:

1.    Bajo consumo de productos lácteos. Entre dos y cuatro raciones al día desnatados o semidesnatados, para no superar el 30% de las calorías totales de la dieta en forma de grasa.

2.    El aceite de oliva como principal fuente de grasa:

-    Es una grasa monoinsaturada es cardiosaludable.
-    El virgen extra tiene vitamina E y polifenoles (antioxidantes) que previenen el envejecimiento y fortalece nuestras defensas.
-    Mejora la hipertensión porque tiene unos compuestos que son los compuestos fenólicos que son vasodilatadores y disminuyen  la presión sanguínea.
-    Baja el colesterol malo LDL
-    Sube el colesterol bueno HDL
-    Se recomienda tomar entre tres y cinco raciones al día.

3.    Alimentos cárnicos en poca cantidad, alto consumo de pescado y legumbres como principal fuente protéica:

- La legumbre. Existe la falsa creencia de que la legumbre engorda. Lo que lo hace es el chorizo, la morcilla y el tocino con que cocinamos dicha legumbre. Este alimento tiene poquísima grasa, y una cantidad alta de fibra, lo que le confiere su efecto saciante. Concretamente tiene tres veces más fibra que la fruta. Además cuenta con unos fitoquímicos (lecitinas, fitatos) que han demostrado tener un efecto beneficioso para la salud porque disminuye la hipercolesterolemia y estabiliza el índice glucémico ya que cuentan con una proteína “phaseolamina” que retrasa la incorporación de glucosa en sangre. Esto es muy bueno para diabéticos, y además cuenta con otras propiedades que favorecen el tránsito intestinal, y previene algunos tipos de cáncer. Se recomienda tomar legumbre dos o tres días a la semana como plato principal.

- El pescado. Es un alimento proteico de alto valor biológico, tiene pocas calorías y poca grasa excepto el pescado azul que tiene grasa buena: Poliinsaturada. Todos hemos oído hablar de los omega 3, que fluidifican la sangre, bajan los triglicéridos, y suben el HDL (colesterol bueno). Tiene unas propiedades antitrombóticas, antiarrítmicas y antiinflamatorias. Se recomienda tomar pescado dos-tres días por semana y cuando hay hipercolesterolemia, se recomienda tomar hasta cuatro, dos días pescado blanco y dos días pescado azul.

En referencia a las carnes rojas, contiene grasas saturadas que en exceso suben el colesterol y los triglicéridos. Por lo tanto se recomiendan tomar de manera ocasional.

4.    Ingesta abundante de cereales: Se recomienda tomar entre cuatro y seis raciones al día de forma integral (pan, arroz, pasta). Las formas integrales tienen mayor concentración de fibra, vitamina, minerales y fitonutrientes  (antioxidantes, antihipertensivos, antihipercolesterolémicos). De una harina integral 100%, después del refinado, se pierde prácticamente toda la vitamina E, B2, B6,K, magnesio, manganeso, solamente se retiene un 20% de la fibra y las proteínas se retienen un 75% y las calorías incrementan en un 7%, es decir, debemos tomar cereales integrales a ser posible. Son muy interesantes para evitar diabetes y obesidad ya que al entrar de forma progresiva en sangre no provoca picos de insulina.

5.    Frutas y verduras en alta proporción: Las frutas y las verduras nos proporcionan vitaminas y minerales (estimulan el sistema inmune que nos defiende de las enfermedades), fibras (fibra soluble, insoluble, pectinas, betaglucanos) que tienen efectos beneficiosos en la prevención de enfermedades cardiovasculares, también tienen  antioxidantes, polifenoles, fitoesteroles, agua , enzimas, etc. Es decir, nos previenen de enfermedades cardiovasculares, previenen y mejoran la diabetes, la hipercolesterolemia (por los antioxidantes, el LDL cuando se oxida genera ateromas y los antioxidantes hace que se oxide menos y por lo tanto de poner en marcha el proceso de arteriosclerosis), el estreñimiento y la obesidad. Además, previenen algunos tipos de cáncer por los antioxidantes, compuestos fenólicos y selenio presentes en frutas y verduras. Todos los procesos cancerosos comienzan con un periodo de oxidación, si podemos intervenir en esas primeras fases y reducimos ese proceso estamos previniendo que se desencadene dicha enfermedad.

Se recomienda tomar tres frutas al día de entre ellas siempre un cítrico por el aporte de vitamina C diaria que necesitamos. Se recomienda tomar dos raciones de verdura al día, una cocinada y otra en crudo (ensalada).

6. Vino en cantidades moderadas y en las comidas:  Una copa de vino en las comidas es cardiosaludable, tiene antioxidantes, taninos, que le dan un efecto antiinflamatorio y vaso dilatador que previene el daño vascular.

7. Beber 1,5 -2 litros de agua al día.

8. Reducir el consumo de sal de 3-5 g/día, eliminar el tabaco y moderar el alcohol.

9. Limitar el consumo de productos ricos en azúcares simples, como dulce, golosinas y refrescos.

10. Realizar ejercicio físi

    Samuel Eto’o dice que él tiene que correr como un negro para ganar como un blanco. ¿Qué le diría al jugador camerunés?

Pienso que Eto’o quiere decir que un jugador africano tiene que ser más rápido que un jugador blanco europeo para ser compensado de la misma manera. No sé exactamente si todavía existe un sesgo semejante en el tratamiento de los futbolistas, pero la triste verdad es que, históricamente, los atletas negros tenían que hacer más que sus contrincantes blancos para obtener el mismo reconocimiento. Un ejemplo que conoce todo fan de los deportes en Estados Unidos es el caso de Jackie Robinson, el primer jugador negro en la MLB (liga profesional de béisbol). Muchos jugadores negros podían haber jugado en equipos de la MLB, pero solo Robinson tuvo la oportunidad porque está tenía la habilidad, estaba especialmente dotado y era brillante. ¡Solo necesitaba una oportunidad para demostrarlo!

 

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